036:::recomendaciòn cinefila:::
Como muchos ya deben estar mas liberados de los parciales, entregas de trabajos, etc, y deben disponer de tiempo libre, y otros son capaces de hacerselos a pesar del desborde, el curso de historia en este nuevo programa academico intitulado "ya es verano!!! J... J... J...!!!" les propone una agenda del tiempo libre. Para esta ocaciòn no hablaremos de como les fue en el pilsen a los que fueron (y volvieron), o de'la fiesta de la x', sino que nos la vamos a jugar al lado culturoso de la cosa... una pelicula de cinemateca.
Mas allá de la risa, la verdad que recomendamos fervientemente esta pelicula independiente (que diche sea de paso va a ser dificiìsimo de conseguir en video o DVD), editada en una computadora personal apple (de mac que no ni no! toma bill gates!) y con la producciòn ejecutiva de Gus Van Sant (bruto diretor, lease: elephant, la muchachas vaqueras tambien se ponen triste y mi mundo privado, descubrido de la belleza cinematografica de Uma Turman antes que se vistiera de cuero amarillo y de Keanu Reaves antes de vestirse de cura y pelear contra milones de sres. smiths).
Si en algún momento dejamos entender desde el curso que no hay salidas posibles, que la disciplia nos objetivo y que somos incapaces de inventarnos a nosotros mismos y 'a' y 'con' los otros, esta pelicula puede ser el teòrico que faltaba...
Que mas? solo un sloggan del avance de la pelicula: "tu mas grande creacìón es la vida que llevas..."
Del jueves 9 al martes 14 de noviembre en Cinemateca 18.
Sabado trasnoche!
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CRÍTICA
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TARNATION****
USA 2003 - 88 min.
Libreto, fotografía y música, Jonathan Caouette. Montaje, Jonathan Caouette, Brian A. Cates. Productores ejecutivos, Gus Van Sant, John Cameron Mitchell. Productor, Stephen Winter. Intervenciones de Jonathan Caouette, Renée Leblanc, David Sanin Paz, Rosemary Davis, Adolph Davis.
Por fuera de todo cine convencional, este film consiste de una vida filmada por quien la ha vivido, desde su niñez al presente. No es ficción, pero esa vida tampoco es frecuente y pasa por encima de toda imaginación o si se quiere supera toda ficción posible. La frontera entre ficción y documental queda destruída, y a la vez se destruye la actitud del espectador, que deja de ser pasivo y aquí enfrenta inevitablemente (lo toma o lo deja) una vida que corre en el tiempo, y que tampoco es el documental o un registro desde fuera. Quizás un experimento del que no hay muchos antecedentes en la historia del cine. Y sin embargo se trata de algo bastante sencillo, muy directo: Jonathan Caouette, hijo de familia disfuncional de Texas, cuenta su vida. Monta un torbellino psicodélico con sus recuerdos, fotos familiares, películas caseras grabadas desde los trece años, diarios en video, cortos primerizos y por fin, su llegada a Nueva York, independizado y gay. Caouette aprendió a olvidar fingiendo frente a una cámara, educándose con series B de terror, con el teatro musical. Aprendió a espantar su niñez, el desamparo y los abusos, la esquizofrenia de su madre a la que vio violar, su paso por instituciones de caridad, la autodestrucción. Haciendo cine, Caouette se reinventó a sí mismo.
Tarnation (un término cargado de un sentido cercano a "condenación") es, de alguna manera, la película de toda una vida. Caouette tenía 11 años cuando comenzó a grabar su vida en vídeo. Sus circunstancias eran por cierto excepcionales, y excepcionalmente difìciles (madre esquizofrénica, abuelos excéntricos). El film es el resultado de 20 años de grabaciones, una película experimental entre el documental y la ficción, que aglutina videos domésticos, fotografías familiares y mensajes de contestador automático. Grabando su vida con cámaras domésticas y editando el material en su computadora personal Apple, Caouette pretendía disociarse de aquello de lo que estaba siendo protagonista. Volver su cámara hacia la familia era la manera de aprender a vivir con ellos.
La infancia y juventud de Caouette se desarrollan ante los ojos del espectador, mientras las personas/personajes crecen y se afirma la identidad sexual del cineasta, cambian las relaciones parentales y se advierten los resultados calamitosos de las terapias a las que es sometida la madre. El montaje combina filmaciones caseras en Super-8 y video, fotografías, mensajes en la contestadora, trozos musicales pop, textos explicativos y hasta fragmentos de los films de terror que asustaron o fascinaron al protagonista. No deja de tener su sugestión la idea de que en definitiva no se trata de una película "terminada" sino de una work in progress, que podría continuar incorporando materiales mientras Caouette viva y siga teniendo nuevas experiencias.
Por lo pronto han llegado la madurez y el apoyo de un par de cineastas reconocidos como Gus Van Sant y John Cameron Mitchell, que se convirtieron en los productores ejecutivos de esta versión pública de un diario íntimo. El resultado pudo impactar en festivales como Sundance y Cannes, y ser premiado en los de Londres, Los Angeles y San Diego.
